Amnistía y el ‘manoseo’ de la Constitución
Por Blanca Regúlez Álvarez, parlamentaria foral de Geroa Bai
El pasado jueves celebramos en el Parlamento de Navarra el primer Pleno de esta legislatura y, el Partido Popular, fiel a sus políticas centralizadoras y a su estrategia e intereses partidistas, presentó como primera cuestión a debatir una iniciativa sobre la amnistía.
Visto el rigor y la profundidad de los argumentos esgrimidos por el presidente y portavoz del PP navarro, Javier García, desde Geroa Bai queremos poner negro sobre blanco algunas de las afirmaciones que en dicha sesión se vertieron y mostrar nuestra posición sobre un tema que el PP está utilizando para tapar sus propias debilidades institucionales y la fallida investidura del señor Núñez Feijóo.
En primer lugar, ni un solo artículo de la Constitución Española prohíbe una Ley de Amnistía, y ni un solo artículo de la Constitución prohíbe a las Cortes Generales aprobar una norma de estas características.
El PP debería saberlo bien. No en vano, fue el ministro Montoro, del PP, quien impulsó la amnistía fiscal de 2012, de forma chapucera además según el Tribunal Constitucional, por no hacerlo precisamente a través de una ley emanada de las Cortes, y hacerlo utilizando la figura del Decreto Ley que emana del Gobierno.
Un Decreto Ley que fue tumbado por el Tribunal Constitucional por esta razón y que demuestra que la posición del PP en este tema es, además de maniquea, totalmente partidista y alejada del interés general.
Porque cuando el PP quiere o le interesa, la Constitución permite la amnistía, aunque se haga de forma chapucera tanto en forma como en contenido, y cuando una Ley de Amnistía podría solucionar un problema que ellos mismos crearon, falsean la realidad afirmando que la Constitución no lo permite.
No estaríamos ante este debate si quienes más dicen defender la Constitución, quienes son los y las más constitucionalistas que nadie, quienes reparten los carnés de constitucionalistas, no fueran quienes más manosean la Constitución. Y no estaríamos ante este debate si el PP no hubiera utilizado el artículo 155 de la Constitución española ante un conflicto político como es el catalán.
La judicialización de la política a la que acostumbra el PP y el no afrontar los problemas políticos con soluciones políticas es lo que nos ha llevado a esta situación; una situación que tiene consecuencias que no benefician a la convivencia y a la paz social, con personas exiliadas, miles de personas encausadas y una fractura social importante en Cataluña; y una situación que, alargada en el tiempo, hace ingobernable un Estado en el que están reconocidas constitucionalmente las nacionalidades.
Por todo ello, bienvenida sea una ley de Amnistía, negociada, aprobada y acordada con la mayoría de las Cortes Generales, si como instrumento político sirve para articular a futuro medidas políticas que solucionen un problema político, porque la solución a un problema o conflicto político solo pasa por el diálogo, la negociación y el acuerdo, es decir, por las vías de la política democrática y no por la judicialización.
Lo hemos visto en los últimos meses, en las últimas semanas y, en especial, en los dos últimos días en el Congreso. El PP, a pesar de agitar la banderita de la amnistía para tapar la debilidad del líder de su partido, no ha conseguido aunar a su alrededor los votos suficientes para ello. Porque solo quienes somos capaces de dialogar, negociar y acordar, somos capaces de conseguir mayorías para poder gobernar.
Desde Navarra, desde Geroa Bai, seguiremos demostrando que somos capaces de ello. Seguiremos trabajando para construir una sociedad cohesionada dentro de su diversidad, seguiremos defendiendo nuestro autogobierno y seguiremos impulsando políticas que mejoren la vida de la ciudadanía navarra.