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"Ese Elizondo no es real"

Por Lander Santamaría, concejal de Geroa Bai en Baztan

    Lander Santamaria Lander Santamaria

    Elizondo no es lo que quieren hacer ver pintarrajeando y ensuciando algunas de sus casas más hermosas, llenando de pintadas, pancartas y colgajos paredes de edificios públicos y privados, verjas y barandillas de jardines, parques y puentes, y hasta asfalto de la calle, con reivindicaciones oídas hasta la saciedad y el hartazgo. Lo hemos sufrido de nuevo este último diciembre, provocando el disgusto y la protesta de la institución local, alcalde y kargodunak de Elizondo, y de la comunidad, el Ayuntamiento de Baztan.

    ¿Qué se pretende arruinando el esfuerzo de quienes con esfuerzo y esmero, además de gasto económico, cuidan y mantienen sus viviendas limpias y arregladas, contribuyendo a que su pueblo ofrezca su mejor imagen como un regalo a la vista para sus convecinos y visitantes? ¿Por qué se castiga a un vecino que acaba de borrar una pintada que le perjudica y no la desea en su casa a que apenas 24 horas después se le vuelva a ensuciar la pared en la que invirtió una jornada de su trabajo? ¿Hay derecho?

    Sobre la cuestión, el debate y la decisión de condena en la corporación municipal de Baztan fueron surrealistas. Nada menos que se pretendía negar la urgencia para tratar el tema apelando a que las pintadas que desbordaron el vaso fueron hechas el día 4 y la sesión se celebraba el día 26, cuando en ese plazo no se había adoptado ninguna medida profiláctica ni reparadora por quien debía hacerlo, y no fuera realidad que tales agresiones a la imagen y estética local, se registran desde años y no se hace nada para evitarlas.

     

    Para colmo, se nos informa a quienes apoyamos la condena que hay un contrato con una empresa local que se encarga de borrar y limpiar las pintadas, aunque a renglón seguido se admite que no se le ha transmitido orden ninguna (pasados 22 días) pero “ya se le dirá”. O sea, reconocimiento público de que existe un contrato que es evidente que no se cumple y sin embargo ni se exige que se haga, ni se denuncia y rescinde por incumplimiento. Si supone coste económico para el Ayuntamiento de Baztan y por lo tanto, para los baztandarras, aún es más grave, pagar por un servicio que no se presta y por lo tanto, no se disfruta.

    Por otro lado, está ese subterfugio, mala excusa, de que el Ayuntamiento tiene que borrar las pintadas que se hacen en los edificios públicos (¡trabajo tiene pendiente, desde hace años!), pero no en los privados, aunque no lo hace ni en unos ni en otros. Y pretender justificarlo con que igual te piden que les pintes toda la casa. Con lo que para los particulares el castigo es doble, por un lado el de quienes le pintarrajean y ensucian la casa y por el otro de quien tiene la obligación de cuidarle y protegerle, y no lo hace.

    En definitiva, que ese Elizondo de pintadas y pancartas, de colgajos y restos de plásticos y cuerdas, roto y dejado de la mano municipal, no es real. Ni de lejos. El auténtico es el de la gente que cuida sus casas y quiere su pueblo bien cuidado, y de los comerciantes que barren sus aceras y quieren ofrecer la mejor imagen, con respeto y educación, con amabilidad y simpatía. El de toda la vida.

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