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Europa…¡espabila!

por Mikel Asiain, parlamentario foral de Geroa Bai

    Mikel Asiain Mikel Asiain

    ¿Por qué ha de espabilar Europa? ¿En qué? En algo tan básico como la protección de su propia industria, y pondré algunos sencillos ejemplos que espero sirvan para aclarar su situación en su relación con el resto de la industria mundial.

    Se ha hablado mucho en los dos últimos años acerca de Volkswagen, de su planta de Landaben, de su presente y de su futuro. Un futuro que pasa por su renovación para poder llegar a la electrificación de los nuevos modelos que fabrique a partir de 2026, porque el vehículo de combustión comienza a ser ya pasado, y el futuro es el coche eléctrico. Y el automovilístico es un sector estratégico para Navarra.

    Pero, ¿saben cuáles fueron los modelos de vehículo eléctrico más vendidos en el estado español en 2022?

    El primero, Tesla Model 3; el segundo, Kia-e Niro; el quinto, HyundaI Kona; el séptimo, Kia EV-6; el octavo, HyundaI IONIQ 5; el noveno, Tesla Model Y.

    ¿Y a nivel europeo? Pues… algo similar.

    Podemos concluir que los vehículos más vendidos no son europeos, sino norteamericanos y coreanos.

    Amén de la proyección de los vehículos chinos, la marca MG, ya que uno de sus modelos fue el más vendido en agosto y septiembre de 2023, y la propia empresa estima un enorme crecimiento para 2024. Porque sus precios amenazan con dinamitar el mercado. Se preguntarán conmigo cómo lo hacen.

    Más conclusiones, a modo de pregunta: ¿están compitiendo los coches europeos con los del resto del mundo en igualdad de condiciones? ¿reciben ayudas estatales esas empresas en sus lugares de origen? ¿de qué importes? ¿en base a qué? ¿cuáles son las condiciones materiales y físicas de las empresas? ¿cuáles las condiciones laborales de sus trabajadores?

    Y una más: ¿encuentran algún tipo de obstáculo proteccionista o de arancel para aterrizar en el mercado europeo?

    Hace un año, en el I Encuentro Synergien entre empresas navarras y alemanas Michael Hobusch, el presidente de Volkswagen Navarra afirmó: “los eléctricos chinos son buenos y bonitos”.

    Palabras que hay que leer entrelíneas: son un aviso a navegantes.

    Vayamos a otro sector estratégico. El de la energía. La renovable, pues también en este caso el presente reside ya en la proveniente de fuentes limpias.

    Y, desgraciadamente, tenemos que recordar la espada que pende sobre los trabajadores de Siemens-Gamesa.

    Hubo alusiones, más o menos veladas, a la misma en el Tercer Congreso Internacional de la Industria para la Transición Energética celebrado en Baluarte hace unos días y que reunió a trescientos profesionales y directivos.

    Extraigo algunas de las citas escuchadas: “La diferencia entre Europa y Estados Unidos es que la primera es una unión, y el segundo un país. Cuando Estados Unidos tiene algo claro, actúa con determinación como ha ocurrido con su protección sobre el sector eólico”; “el Congreso de Estados Unidos ya ha aprobado las medidas como ley con diez años de vigencia. Con ese tiempo se puede trabajar con seguridad”.

    Hubo coincidencia en que el gran peligro es China, recordando que nueve de los doce mejores suministradores de inversores fotovoltaicos son chinos, que eso estaba llegando al sector eólico, y que se debía actuar con urgencia.

    Todos los ponentes, eso sí, valoraron positivamente la reciente noticia respecto de las seis medidas de la Unión Europea de apoyo al sector eólico: la aceleración del despliegue de servicios, con permisos más rápidos; la mejora en el diseño de subastas, incluyendo criterios cualitativos objetivos como la procedencia de los dispositivos o las consecuencias positivas en el mercado laboral, pues no tiene lógica ninguna que el único criterio, como ocurre ahora, sea el precio a la baja; la mejora, asimismo, en el acceso a la financiación; la garantía de un entorno internacional justo y competitivo, donde todos participen con las mismas reglas de juego; el fomento de las asociaciones de competencias a gran escala, porque se sabe que hasta 2030 serán necesarios 100.000 puestos de trabajo adicionales en ese sector; y, por último, el mantenimiento de un entorno empresaria estable y rentable, con la firma de la Carta Eólica Europea.

    Un apoyo que ya había sido solicitada por el Consejero Irujo en las instituciones europeas en julio de 2022; en concreto a Catharina Sikow-Magny, directora de Green Transition and Energy System Integration, demandando más medidas protectoras para la industria europea.

    Porque, quiero recordarlo, el sector eólico es el tercer sector industrial en importancia de Navarra, con más de 6.000 empleos directos, amén de los miles de indirectos.

    Urge la puesta en marcha de todas las medidas aprobadas con la máxima celeridad posible, porque la situación en algunos sectores es preocupante y en otros graves, y cuanto más demoremos la medicina a aplicar más complicada será su posible sanación, en el supuesto de que lleguemos a tiempo.

    Corresponde a la UE ya que la política comercial es competencia exclusiva suya, lo que significa que es la propia Unión, y no los estados miembros, la que legisla sobre cuestiones comerciales y celebra acuerdos comerciales internacionales.

    Es evidente que Europa está trabajando en estas cuestiones, que está legislando en ámbitos como las inversiones extranjeras directas, las medidas antidumping y los instrumentos de defensa comercial. Pero sus plazos, en ocasiones, no responden a la premura de determinadas situaciones.

    Es por ello que desde Geroa Bai abogamos para que se dé un empujón definitivo a todas aquellas medidas que persiguen proteger la industria local -entendamos europea- frente a la competencia hostil y desleal proveniente de otros lugares del mundo. Dicho en términos populares “no podemos estar mirando la sopa boba, porque nos comerán el pan del morral”.

    Nos lo agradecerán en Volkswagen, y en Siemens-Gamesa, y en…otras tantas, pero también sus cientos de proveedores, porque no olvidemos que la industria navarra supone algo más del 30 por ciento del PIB de esta Comunidad. El triple de la media europea.

     

    Estamos en un momento de auténtica revolución industrial, y necesitamos modificar nuestras normas para implantar las medidas protectoras necesarias.

     

    Nos jugamos nuestro presente y el futuro de nuestros hijos e hijas.

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