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Ley del Convenio: ¿'menealla y no enmendalla'?

Por Mikel Asiain, parlamentario foral de Geroa Bai

    Mikel Asiain Mikel Asiain

    Esa es la conclusión a la que podríamos llegar tras el anuncio por parte de la consejera de Economía y Hacienda de que había logrado la mayoría suficiente para la aprobación del Proyecto de Ley de Modificación de la Ley del Convenio. Con Navarra Suma.

    Recordemos que fue el pasado 23 de diciembre cuando la llevó a sesión plenaria, y del que la retiró, en última instancia, tras comprobar que no iba a ser aprobada por no haber hecho la tarea previamente a su presentación. Una tarea que consistía en algo tan básico como el haber hablado y negociado con sus socios de Gobierno, con Geroa Bai, con nosotros, las modificaciones a introducir. Y, posteriormente, lógicamente, con el resto de los grupos del arco parlamentario.

    Nuestra postura en aquel Pleno fue muy clara: nos oponíamos a la nueva redacción del artículo 67.2.(h) porque entendemos que se hurta la voz, la capacidad de decisión, al estamento que representa la soberanía popular de esta Comunidad, al Parlamento, en torno al índice de imputación, dejándolo en manos de la Comisión Coordinadora, que está formada por seis técnicos del Gobierno de Navarra y otros tantos de la Hacienda estatal.

    No hemos sido los únicos que hemos manifestado lo innecesario de ese cambio de redacción, pues José Antonio Asiain -renombrado dirigente socialista histórico- ratificó eso mismo hasta en dos ocasiones en sendos artículos periodísticos.

    ¿Qué es el índice de imputación? El porcentaje que determina lo que Navarra debe abonar al Estado por todos los servicios que nos presta por aquellas competencias no transferidas a nuestra Comunidad: relaciones exteriores, justicia, defensa… Un porcentaje estipulado en el 1,6 desde que se aprobó la Ley del Convenio, y que no se ha modificado desde entonces.

    La consejera anunció que iniciaría una ronda de contactos con el objetivo de lograr la mayoría necesaria para aprobar la modificación dadas la importancia y la urgencia de su contenido. Compartíamos tanto la trascendencia como la premura de una negociación que podía llevar a la unanimidad en torno a la aprobación de una norma fundamental para el presente, pero sobre todo para el futuro, de Navarra. Pero hete aquí que no se nos citó ¡hasta el 10 de febrero! para plantearnos, además, el mantenimiento del texto modificado, eso sí, abriendo la posibilidad de la creación de una comisión de expertos que analizasen tanto el propio artículo en cuestión como todo lo relacionado con la deuda del estado y su afección en Navarra. Nos anunció que nos volvería a emplazar en un mes para conocer nuestra postura.

    Pero desde entonces se fueron desencadenando una serie de acontecimientos que no han sido ajenos, a nuestro entender, al devenir de la negociación y del resultado en torno a la Ley del Convenio. Se cruzó por medio el acuerdo -acerca de la reforma laboral- entre UPN y el Partido Socialista, con el resultado final por todos conocido de la espantada del mismo de los diputados Sayas y Adanero, y del papelón que tuvo que desempeñar la señora Esporrín en el Ayuntamiento de Pamplona. La fecha, importante, el 3 de febrero. Es decir, una semana antes de reunirse con Geroa Bai.

    ¿Iba en el paquete de esa negociación el apoyo a la modificación del Convenio?

    ¿Por qué se ha dilatado en el tiempo -hasta tres meses- una norma no sólo importante, sino también urgente?

    El propio vicepresidente Remírez, a modo de presión, afirmó que las transferencias de tráfico y del Ingreso Mínimo Vital dependían de su aprobación, aun a sabiendas de que no existe relación entre la una y las otras

    ¿Quizás por separarla en el tiempo de todo lo referido a la reforma laboral?

    ¿Si nada ha cambiado en la redacción del texto, respecto de lo presentado en diciembre, qué ha impulsado a Navarra Suma a su aprobación?

    ¿Es una mera casualidad que Navarra Suma hiciera su apoyo al texto el mismo día en el que sus dos diputados díscolos presentaban públicamente su plataforma?

    Son preguntas que nos hacemos desde Geroa Bai, y para las que no tenemos respuestas, pero que dejan ciertas evidencias que nos hacen enlazar todas esas cuestiones. Las contestaciones las dejamos al libre albedrío de cada lector o lectora…

     

    Entendemos que podíamos haber llegado a aprobar por unanimidad, por unanimidad repito, la ley en cuestión, dejando tal cual una redacción que llevaba sin modificarse más de 30 años y que no había generado problema alguno. No sólo eso, sino que era capaz de satisfacer la lectura que de la misma hace el PSN, y la que hacemos desde Geroa Bai.

     

    En unos días el Proyecto de Ley llegará nuevamente al Parlamento y desde Geroa Bai no nos opondremos a su tramitación, optaremos por la abstención porque valoramos positivamente que la misma incluya modificaciones en veintiocho artículos, seis disposiciones adicionales y siete transitorias, además del anexo; porque concluye un arduo trabajo que arrancó la pasada legislatura, la legislatura del cambio; porque se incorporan dos nuevos impuestos al Convenio, las conocidas como tasas Tobin y Google; porque se producen actualizaciones necesarias sobre otros impuestos que nuestra Comunidad no regula; porque se amplía la competencia normativa inspectora de Navarra, así como las facultades para la obtención de información; y porque se actualiza, además, y es un ámbito fundamental, la fórmula para el cálculo de los ajustes por IVA y otros impuestos indirectos, que van a dar una mayor estabilidad a la previsión de ingresos de la Comunidad.

     

    Una lástima, no obstante, que no se haya querido llegar a la unanimidad.

    La presidenta del Gobierno de Navarra ha perdido, ¿interesadamente?, una ocasión histórica.

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