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‘Lizarra maite zaitut’

Por Blanca Regúlez Álvarez, parlamentaria y concejala de Geroa Bai en Estella-Lizarra

    Blanca Regúlez Blanca Regúlez
    Bonito se nos está quedando el mundo… Y no, en este caso no lo digo mirando a lo global, que tendríamos para otro artículo, sino a lo local, a lo cercano, a mi ciudad, Estella-Lizarra, y a la ciudad de todas las estellesas y todos los estelleses; la de todas las personas que la habitamos: jóvenes o mayores, autóctonas o migrantes, de izquierdas o de derechas, taurinas o animalistas, religiosas o ateas… Así hemos vivido siempre en Lizarra, aún en tiempos pasados muy duros.
    Pero vayamos por partes. Ya el año pasado, unas semanas antes de las fiestas de agosto, la diversidad y pluralidad de la que tanto hacemos gala en Navarra (también Nafarroa), esa que nos diferencia de otras comunidades, dejó de existir para el equipo de gobierno de UPN del Ayuntamiento de Estella (un equipo de gobierno permitido, no se nos puede olvidar, por el PSN). La diversidad intentó ser acallada a base de negaciones disfrazadas y vestidas por el bien común. ¿De qué bien común? Del del equipo de gobierno de UPN. 
    Y así estamos, con un Ayuntamiento que deja fuera a quien piensa diferente, a quien quiere que nuestra lengua siga viva en nuestra ciudad, a quien se manifiesta con la palabra, el arte, la música… un Ayuntamiento que intenta hacer suyo un espacio público que es de todos y todas; un espacio público que quieren arrebatar a la ciudadanía, al menos a la ciudadanía que piensa diferente a ellos y ellas, mostrando un desprecio notorio y reiterado hacia la diversidad y la pluralidad.   
    El último capítulo lo hemos vivido con los actos culturales de este fin de semana y el concierto de Raimundo El Canastero, un grupo que ha sabido concitar el apoyo de gran parte de la ciudadanía de esta ciudad. Pedidos permisos dos semanas antes, reiterados por las y los solicitantes el jueves en Pleno, el viernes por esta concejala de forma verbal y escrita… Y ‘la callada por respuesta’ hasta las 17:00 horas del sábado, que se transmite a las y los solicitantes que cuentan con el permiso para llevar a cabo el concierto. 
    La libertad de expresión no se toca. La libertad de expresión es un derecho que no se puede conculcar. Y utilizar como parapeto para conculcar este derecho gravísimas acusaciones como son las de incitación al odio, solo banaliza este delito. Veremos qué dicen los tribunales, pero si nos quieren calladas y amordazadas, conmigo no van a contar. Mi vida ha sido la defensa de los derechos, y así voy a continuar. Lizarra maite zaitut.

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