'Lo que se debió hacer y no se hizo'
Por Patxi Leuza, parlamentario de Geroa Bai

Sorprendido, inquieto y con muchas dudas es como me quedé al escuchar las palabras del señor Enrique Maya, anterior alcalde de Pamplona-Iruña, cuando dijo que “debieron dar” más pasos en materia de Memoria Histórica.
¿Que “debió” o que “debieron”? Lo pregunto porque no es lo mismo. “Debieron” no sería exclusivamente responsabilidad suya y “debió” sí la sería, asumiendo así su parte, su responsabilidad como cargo público.
Usted llegó a la alcaldía y se encontró con que, en lo que se refiere a la Memoria Histórica, todo estaba atado y bien atado. Hasta las placas de la actual plaza de la Libertad, antiguamente Conde Rodezno, estaban guardadas y bien guardadas, por si había que reponerlas de un día para otro.
Reconozco que poco podía hacer en esta materia. Pertenece a un partido en el que no es fácil debatir sobre lo ocurrido hace 80 años en Navarra. Así lo han demostrado durante los últimos 40 años, en los que han tenido la oportunidad de dar pasos hacia la reconciliación, reparación y justicia de las víctimas y sus familias. Pero no lo hicieron. Pudieron hacerlo, debieron hacerlo, pero no lo hicieron.
Tampoco el PSN, cuando pudo, hizo nada por liderar la recuperación de la Memoria Histórica y dar pasos a favor de la reparación de las víctimas;una decepción ya que entre sus militantes hubo muchas personas fusiladas y muchas víctimas de 1936.
¿Y cuál ha sido y está siendo el papel de la Iglesia navarra? ¿A quién representa? ¿A los feligreses de alta cuna? ¿A los militares? ¿A la clase política heredera de aquella cruzada? ¿A los vencedores de la guerra?
A mí no. No es difícil que así sea ya que no soy cristiano, pero mis padres, mis suegros y tantos otros conocidos lo eran y lo son, y a ellos, les aseguro que a ellos tampoco representan.
Vergonzosa me parece la postura que Francisco Pérez, arzobispo actual, ha tomado al oponerse a la exhumación de los restos de dos generales golpistas responsables directos de miles de muertos.
El señor Pérez muy cerca de las víctimas no está, posiblemente nunca lo ha estado, y creo que su obligación, en coherencia con lo que predica, debería ser estar junto a los más débiles de aquella contienda en la que la Iglesia tanto tuvo que ver. Tristemente tengo que decir que nunca lo he visto en homenajes a las víctimas del 36, ni en los antiguos ni en los recientes.
Todos sabemos dónde se posicionó la Iglesia navarra en el 36. Ha tenido 80 años para pedir perdón, 40 sin el dictador, pero no lo ha hecho. ¿Le da miedo la verdad?
Ahora tenía otra oportunidad de haber dado un paso a favor de la reparación, pero la ha desaprovechado con su arzobispo al frente. Eso, que yo recuerde, va en contra de la doctrina que predican. Un día lo harán avergonzados, pero será ya tarde.
Afortunadamente hoy contamos con un Gobierno del cambio que a través de su Dirección General de Paz y Convivencia está dispuesto y dando los pasos necesarios para arreglar todos los asuntos pendientes en materia de Memoria Histórica. Gracias por retirar esa ignominiosa laureada del Palacio de Navarra, otros que pudieron no quisieron, cuando solo habría hecho falta un poquitín de voluntad política.
Mila esker bihotz bihotzez!
Publicado en Diario de Noticias.