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Tudela: el corredor de las tres mentiras

Por Anika Luján Ana J. Jacoste Geroa Bai Tudela/Tuterako Geroa Bai

    Anika Luján Anika Luján

    Hace unas semanas se iniciaron las obras de mejora del entorno del Paseo de Prado, el proyecto estrella del actual Ayuntamiento de Tudela. Alejandro Toquero elevó esta obra a la categoría de “gran corredor verde” y augura que será un “importante foco de atracción turística”. Pues bien, esta obra, que cuenta con un presupuesto ni más ni menos que de 4 millones de euros, quedará reducida al mínimo de sus pretensiones.

     

    Dos órganos competentes en la materia, el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra y la CHE, han introducido importantes modificaciones al proyecto presentado por el Ayuntamiento: no se autoriza instalar césped con riego, ni pipican o infraestructuras similares, ni mobiliario urbano en la zona baja del Prado. Asimismo, reduce la anchura del andador del soto Chocolatera (de 3 metros a 1,5) y su trazado, ya que deberá transcurrir por su parte más abierta.

     

    Pero la mejor idea de este proyecto, más que estrella, estrellada, es que el corredor comunica el soto Chocolatera con La Mejana a través de uno de los ojos del puente por medio de unas escaleras, otro de los puntos que se insta a modificar. Teniendo en cuenta los aires de grandeza que han acompañado al proyecto desde el principio, no sabemos cómo no se les ha ocurrido completarlo con un ascensor en lugar de escaleras. Ténganlo en cuenta en el Ayuntamiento por si aún están a tiempo de incluirlo.

     

    En definitiva, el proyecto sigue adelante, pero entre las modificaciones incluidas por Medio Ambiente y las no autorizaciones de la CHE, poco tiene que ver con el inicial, y el equipo de gobierno del ayuntamiento de Tudela, fiel a su estilo, es incapaz de reconocer que el proyecto nació con errores muy significativos que no se contemplaron.

     

    En Geroa Bai Tudela compartimos la necesidad de mejorar los espacios públicos de recreo y de atender especialmente al entorno del río Ebro, sin embargo, esta obra nos genera grandes dudas. Además de todas las modificaciones que obligatoriamente tienen que incluir, el Gran Corredor Verde parece el proyecto de las 3 mentiras: ni es grande, ni es verde, ni sabemos si va a ser turístico.

     

    Por mucho que lo califiquen de “gran”, el Paseo del Prado no dejará de tener las dimensiones que tiene en la actualidad y la obra en su conjunto va a permanecer dentro de los límites de nuestra ciudad. El resultado será bueno, regular o malo, pero es lo que es, una obra de mejora de un entorno urbano, muy alejado del concepto de corredor aplicable, por ejemplo, al proyecto de Corredor Verde del Ebro entre Cortes y Azagra presentado hace pocos días.

     

    Respecto al segundo adjetivo del proyecto, “verde”, nos parece que está perdiendo su significado debido al uso abusivo que se hace del mismo. En cualquier caso, nos genera muchas dudas que se pueda aplicar a este proyecto. Verde no significa solo que haya algún árbol. Hay que analizar la sostenibilidad del proyecto en su conjunto, y no podemos obviar que prácticamente todos los años se producen desbordamientos del Ebro a su paso por Tudela. ¿Para qué tanto gasto público en una zona inundable sin tener en cuenta que precisará reparaciones de gran calado cada vez que haya una riada? Todo nos lleva a pensar que va a ser un paseo renovado pero no sostenible.

     

    Finalmente, “turístico”. Últimamente parece ser que hay que poner la palabra turístico para que algo se valore. Sin entrar en esa discusión, ¿qué se va a hacer para atraer turismo? ¿Hay algún plan? Arreglar un paseo, per se, no atrae turismo, como tampoco lo atrae la creación de continentes vacíos de contenido, y este puede ser un ejemplo aunque no el único.

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